¡Hola entusiasta!
Preparar la piel antes de nuestro maquillaje es súper importante. Y es que estamos hablando de un órgano de nuestro cuerpo en continuo movimiento y cambio siguiendo una serie de procesos (es lo que tiene estar vivo… jajaja).
Quiero decir, que si maquilláramos una muñeca y la metiéramos en una caja a una temperatura constante, seguro que nuestro maquillaje duraba días intacto.
Pero claro, tenemos la manía de movernos, reirnos, llorar, sudar, salir a la calle, estar al sol, a la sombra, por la tarde a una temperatura, por la noche a otra, ahora aire acondicionado, ahora bofetón de calor… y pretendemos que el maquillaje nos dure hasta que acaben las fallas…
MILAGRITOS NI EN LOURDES ENTUSIASTA
Es bueno que nosotras mismas lo tengamos claro para «educar» a nuestras clientas, estén concienciadas y no nos pidan imposibles (que no hemos estudiado en Hogwarts ).
Es lo más habitual, salvo que se trate de una novia y puedas asesorarla para que durante meses antes de la boda vaya tratando su piel de forma eficiente.
Si no, aplicarás tu tratamiento una única vez. Y en función del estado de la piel y los cuidados que haya recibido lo tendrás chungo… o no. Bajo mi experiencia, te puedo decir que por lo general son menos los casos chungos jajaja.
Y es que puede ocurrir que la piel sea muy sensible y se altere con facilidad, que no esté sana, que no tenga ningún cuidado habitual o que el aplicado sea contrario a lo que la piel necesita y por lo tanto empeore aún más su estado.
En estos casos ya sabes, milagritos ni en Lourdes y aplica lo que la piel admita y necesite según lo que te explico a continuación. ¡Vamos allá!
Pues en el primer caso es porque la piel no está suficientemente hidratada y en el segundo le falta nutrición. Es decir, en el primero falta agua y en el segundo lípidos o aceites.
Y es que la piel es como una planta, absorbe lo que le eches jajaja. Si le falta hidratación absorberá la parte acuosa de tu base de maquillaje, corrector, iluminador, etc y como el pigmento del producto no puede ser absorbido, te quedará cuarteada y a parches porque en zonas más secas tomará más y en otras menos. De modo que será un cuadro, resumiendo.
En el caso de que a la piel le falte nutrición pasará algo similar, absorberá la parte grasa del producto que apliques y entonces el producto cambiará de color (oxidará). Esto si que es mágico eh jajaja.
Hidratación y nutrición, es decir, agua y lípidos o aceites.
¡Pero cuidado! porque nunca va a estar de más que apliques productos hidratantes con ácido hialurónico o glicerina, pero la grasa… ahí si que hay que tener cuidado, te explico.
En el manto hidrolipídico, parte más superficial de la piel, tenemos una emulsión de agua y aceite que nos viene de perlas para protegerse del exterior y evitar la pérdida de hidratación. Esta emulsión se produce gracias a las glándulas sudoríparas y sebáceas, las primeras aportan la parte ácida y ph a la piel y la segundo los lípidos (hay más cositas en este manto como minerales y tal, pero tampoco vamos a sacar el Quimicefa, relax).
Ahora imagina que el agua es pepinillo y el aceite es aceituna sin hueso. Juntamos cada pepinillo con su aceituna y tenemos el aperitivo hecho.
Pero… ¿qué pasa si tenemos más pepinillo (agua) que aceituna (aceite)?. Pues que en porcentaje tendremos más agua que aceite y entonces ese agua sobrante se va a evaporar con más facilidad porque no tiene pareja de baile. Es decir, vamos a perder ese agua, nos deshidratamos.
¿Y si tenemos más aceituna (aceite) que pepinillo (agua)?. Pues que la piel será grasa porque los aceites no se evaporan, se quedan en nuestra piel amigablemente haciéndonos brillar.
En resumen, debemos conseguir la proporción justa entre hidratación y nutrición para que nuestro manto hidrolipídico esté equilibrado y cumpla sus funciones debidamente. Eso sí, teniendo en cuenta que hidratar la piel nunca va a estar de más (ya que la sobrante la vamos a perder), pero el aceite se queda con nosotros aunque no tenga pepinillo con quien bailar.
Así que hidrataremos siempre y con el aceite vamos a aplicar, no hacer nada o tratar de regular según convenga.
QUÉ TE CUENTA ELLA
En cuanto veo a mi clienta yo ya empiezo el escaneo, pero es muy importante que hables con tu clienta para «extraer» información. No para saber su opinión (que como clienta no profesional puede estar equivocada) si no sobre su rutina y sus sensaciones.
QUÉ OBSERVAS TÚ
Miraremos la secreción y el estado de la epidermis. Fíjate en el color de su piel, si tiene un color saturado (buen color) o está grisáceo. Observa dónde está más mate o sin embargo refleja la luz o tiene grasa. Cómo es el tamaño del poro, si hay descamación y sensibilidad. Al aplicar los primeros productos fíjate en la textura para ver dónde está lisa o más rugosa (en estas zonas no sobrecargues de producto porque puede que esa textura no se vea a simple vista, pero con el maquillaje puede asomarse). Si la piel absorbe rápidamente el tratamiento o no.
Más adelante te cuento qué aplico en cada caso .
Primero debemos de desmaquillar en el caso de que haya maquillaje, y diga lo que te diga tu clienta limpia la piel. No dejes el acabado y evolución de tu trabajo en manos de nadie que no seas tú. Y si se han aplicado su ampolla favorita les dices que no se preocupe, la ampolla ya ha penetrado en la piel y no se la vas a retirar… .
¿Por qué? pues porque tú sabes cómo reacciona todo tu producto mezclado entre sí, pero no sabes cómo reaccionará sobre su ampolla, hidratante o lo que sea que tuviese aplicado. Así que… no te la juegues (cosa diferente es que tenga la piel sensible o ciertas alergias y solo use su tratamiento, en estos casos te deseo lo mejor). ¡Pasos!
Dentro de los aceites hay diferentes espesores digamos. De forma que puedes aplicar Jojoba o Melón de Kalahari en pieles grasas que a la vez tengan descamación (estos aceites van bien para pieles grasas) o Aceite de Marula por ejemplo que es más contundente.
En pieles sensibles cuanto menos apliques y frotes mejor… pero también tienes aceites específicos que podrás utilizar.
Por si te dio un jamacuco al ver el listado de pasos… no tienes que hacerlos todos siempre. Por ejemplo, en el caso de una piel grasa quizás pueda valerte solo con el sérum de hialurónicos y no haga falta una hidratante.
Es interesante que productos como el contorno de ojos o las hidratantes tengan cierto grado de oclusividad, es decir, que creen una película que evite la perdida de hidratación y por otro lado que la piel no absorba parte de la composición del maquillaje que ponemos encima para que no cuartee, se oxide o se desplace en exceso.
Yo diferencio entre un maquillaje que tiene que durar unas horas y vas a estar presente para controlar su evolución, y un maquillaje que tiene que durar cuanto más mejor.
En el primer caso tienes que atender a las necesidades de la piel, pero puedes abusar de un aceite por ejemplo o un producto poco estable porque vas a estar ahí para meterlo en vereda. Pero en el caso de un maquillaje de boda atiendo a las necesidades de la piel.
En realidad es sencillo, pero es bueno que con tu tratamiento el rostro tenga cierto brillo. Como la piel va a ir perdiendo hidratación, si ya partimos de una piel apagada tras el tratamiento, con el paso de las horas la cosa puede ir a peor. Aún así…
Cuando quiero un acabado mate voy huir de aceites y productos untuosos (siempre que no sea contraproducente) y aplicaré un último producto en la preparación que de un acabado mate. Hoy en día es raro el producto que no contiene siliconas, pero generalmente estos productos tienen mayor porcentaje de estos compuestos, y aparte del aspecto mate, rellenan sutilmente la piel y hacen que visualmente se perciba más lisa.
Y cuando quiero un acabado con brillo justo al contrario, utilizaré productos que contengas aceites y sean más untuosos para que dejen ya ese acabado con brillo.
Ahora te dejo algunos de los productos que utilizo yo. Si quieres saber más sobre ellos solo tienes que hacer clic en las imágenes para ir a la web con más información .
Bueno, espero que te haya gustado este artículo, hayas aprendido cositas nuevas y las pongas en práctica. Al margen de toda esta información, lo que te va a ayudar mucho es la experiencia, ya que al principio es normal que no te des cuenta de algunos detalles, pero conforme vayas trabajando y observando pieles sabrás ver mejor qué piel tienes delante y cómo tratarla.
Y tú, ¿qué productos utilizas?, ¿alguno que no puedas vivir sin él?
¡Cuéntame!
Y que vaya muy bien entusiasta, ¡cuidate!
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